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Los abuelos, por su edad, son los grandes afectados por el COVID-19, y eso afecta a la infancia por el lugar que ocupan en su educación y su desarrollo. Hoy, más que nunca, necesitan sentirnos cerca y, por eso, reivindicamos su papel como educadores.

Las personas mayores, muchas de ellas abuelos y abuelas, son el principal grupo de riesgo del COVID-19. Día a día vemos como son víctimas de este virus y esto obliga a que su confinamiento sea más severo si cabe. Sin poder tener acceso a sus familiares, separados de sus hijos y nietos, viven la soledad del confinamiento pensando que podrían haber sentido su último abrazo o el último beso de sus nietos. A esto se suma que muchos de ellos no disfrutan de las ventajas y facilidades que pueden disponer sus familiares con un nivel altísimo de hiperconectividad, acceso a plataformas digitales, redes sociales o cualquier otra herramienta digital que pueda ayudar a sobrellevar esta situación. El contacto humano ha sido y es el elemento protagonista de las relaciones con sus familiares, y ahora más que nunca seria tremendamente reconfortante, pero por desgracia es algo que el COVID-19 les ha quitado.

Los abuelos como referente educativo

Que los abuelos no tengan contacto con sus nietos supone un gran vacío emocional para estos, pero no podemos perder de vista como sus nietos pierden un gran referente a su lado. Los abuelos juegan un papel importantísimo en el desarrollo emocional y educativo de los niños, niñas y adolescentes. El rol de los abuelos ha ido evolucionando según evolucionaba la sociedad; cada vez juegan un papel más importante en el ámbito familiar, supliendo o ayudando a los padres, pero también dando un cariño muy especial a sus nietos, ejerciendo de protectores o siendo un referente en el que mirarse para el desarrollo de diversas facetas de la vida. En esta evolución no podemos olvidar como, cada vez más, han asumido el papel de educadores de sus nietos; son parte importante de la comunidad educativa, de la relación con los centros educativos y apoyan a los nietos en su proceso de aprendizaje.

En el momento en que alguien se convierte en abuelo se gesta un nuevo vínculo familiar, inexistente hasta ese momento; se convierten en un eslabón imprescindible en la relación entre diferentes generaciones, se convierten en una parte del día a día de los niños y niñas, de su educación. Son sus compañeros de juegos y sus confidentes, pero también se genera un efecto transformador en las relaciones familiares.  Quienes hasta ese momento habían sido solo padres, y ahora son abuelos, viven una transformación en la relación con sus hijos, que pasan a ser padres y empiezan a comprender muchas actitudes y comportamientos de sus progenitores, fortaleciendo el vínculo entre ellos.

Más que cuidadores: educadores

El COVID-19 nos afecta a todos, pero de una manera especial a los abuelos, lo que priva a los niños, niñas y adolescentes de la posibilidad de disfrutar de elementos que enriquecen su educación y su desarrollo:

  • Transmisión de la historia familiar. Los abuelos disponen de información y conocimiento sobre el desarrollo y la trayectoria de la familia, son el nexo de unión entre generaciones, conocen las historias de los antepasados familiares (sus padres y sus abuelos) y cómo ha trascurrido el devenir de las nuevas generaciones (sus hijos y sus nietos). Los abuelos tienen la posibilidad de transmitir todas esas experiencias e historias que han marcado la trayectoria de la familia, y a sus nietos les resulta muy atractivo que sean fuente de conocimiento sobre como fue el desarrollo y la educación de sus padres, conocen las anécdotas y situaciones que sus padres vivieron cuando tenían su misma edad, y esto es un vínculo muy importante entre nietos y abuelos.
  • Influencia intergeneracional. Los valores de la generación de nuestros abuelos, en muchas ocasiones, están muy alejados de los que rodean a sus nietos, pero el valor que tiene la transferencia de esos valores, de esa filosofía o experiencia de vida es sumamente importante en el proceso de socialización o en el desarrollo de la identidad del menor. Son elementos que en ocasiones se han saltado una generación, pero que en estos tiempos es importante retomar, y son los abuelos los que tienen más posibilidades de transmitirlos.
  • Cariño libre y sin presión. Los abuelos están más liberados en cuanto a la presión de educar y a la responsabilidad que supone la crianza de un hijo, ya han pasado por eso, lo que les permite centrarse en dar cariño, en tener un rol más cómplice y cercano con sus nietos en todo momento. Esta cercanía genera un vínculo muy especial entre abuelos y nietos. Se crean lazos emocionales muy importantes en el desarrollo de los nietos.
  • Soporte 24/7. Los abuelos están ahí siempre que se les necesita. Los ritmos que exige la sociedad actual a los padres y madres trabajadoras, acrecentado en la crisis actual del COVID 19, entran en confrontación con las necesidades de los hijos, y los abuelos siempre están ahí para cubrirlos. Cuando un hijo se pone enfermo, cuando nuestro trabajo no nos permite cubrir periodos de vacaciones, cuando nuestros horarios no son compatibles con los de nuestros hijos… Los abuelos siempre están ahí para cubrir esa ausencia y los nietos lo saben y lo sienten.
  • Labor de mediación. Los conflictos entre padres e hijos son ineludibles en el proceso de crianza y educación, más si cabe cuanto más próximos a la adolescencia se encuentran nuestros hijos. El rol que los abuelos desempeñan en el proceso de mediación es muy importante, intercediendo en muchas ocasiones con los padres. Los niños, niñas y adolescentes ven en los abuelos una figura neutral.

En definitiva, no podemos asignar a los abuelos únicamente un rol de cuidadores; recogiendo a los nietos del colegio o llevándoles a extraescolares, cuidarlos en los periodos vacacionales o cuando están enfermos,  sino que desempeñan un papel como educadores, a través de la transmisión de su experiencia vital, sus valores, encargándose en ocasiones de las relaciones con los centros educativos, con sus profesores, pasando mucho tiempo con sus nietos aportando sabiduría, transcendencia y sentido común e involucrándose de manera muy activa en el proceso de desarrollo de habilidades y competencias de sus nietos para pensar, actuar, trabajar…

 

Fuente: https://www.unicef.es/educa/blog/coronavirus-educacion-abuelos